Si bien hay varias clasificaciones sobre tipos y fuentes de contaminantes atmosféricos, en este artículo nos centraremos en los que tienen más impacto en la salud humana y el medio ambiente.
Material Particulado (MP)
Estas partículas se encuentran principalmente en zonas urbanas y provienen fundamentalmente de la actividad humana, tanto residencial, como industrial: tráfico de vehículos, combustión residencial de leña para calefacción, procesos industriales, etc.
En nuestro país se usan dos métricas para clasificarlo: partículas de diámetros menores a 10 micrones (MP10) y de diámetros menores a 2,5 (MP2,5). Este último, es el contaminante más dañino para la salud y uno de los principales responsables de los mayores niveles de mortalidad prematura en la población.
La quema de leña para calefacción doméstica es la principal responsable de la generación de Material Particulado en Chile, sobre todo en las regiones del sur del país.
Monóxido de carbono (CO)
Otro de los principales contaminantes de la atmósfera es el CO. Este gas se produce por la combustión incompleta de los combustibles, lo que da como resultado CO en vez de CO2.
Los vehículos a motor y los procesos industriales son responsables de aproximadamente el 80% de estas emisiones a la atmósfera. Pero también se genera por la combustión residencial de leña para calefacción, cocinas o humo de cigarro.
Óxidos de nitrógeno (NOx)
Estos se producen durante el quemado de maderas y combustibles fósiles, como gasolina, carbón y gas natural.
Los vehículos constituyen la fuente principal de emisión de NOx en Chile. El explosivo crecimiento del parque automotor es una de las causas más importantes del aumento de las emisiones de este contaminante.
Óxidos de azufre (SOx)
Estos son producto de la combustión de combustibles fósiles, principalmente derivados
del petróleo y carbón.
En Chile las emisiones de SOx, producto de la generación energética, aumentaron a mediados de la década de 2000, cuando el carbón comenzó a reemplazar el gas natural.
Compuestos Orgánicos Volátiles (COV)
Los compuestos orgánicos volátiles (COV) son aquellos hidrocarburos que se presentan en estado gaseoso a la temperatura ambiente normal o que son muy volátiles a dicha temperatura.
Suelen presentar una cadena de carbonos inferior a doce y otros elementos como oxígeno, flúor, cloro, bromo, azufre o nitrógeno. Su número supera el millar, pero los más abundantes en el aire son metano, tolueno, n-butano, i-pentano, etano, benceno, n-pentano, propano y etileno.
Proceden de distintas fuentes, como el transporte, industria de disolventes, minería y vertederos, entre otros. Muchos de estos compuestos interactúan con otros componentes para producir niebla y contaminación por aerosoles en presencia de radiación solar.
Plomo (Pb)
Este contaminante proviene de la combustión de gasolinas con plomo, de la minería y fundiciones. El gran peligro es que el plomo puede depositarse en el agua y los alimentos que consumimos, por lo que puede ser absorbido por nuestro cuerpo.
Ozono troposférico (O3)
Se trata del principal componente del smog fotoquímico y uno de los más fuertes agentes oxidantes. El ozono se forma en la troposfera y de la acción de ésta en las moléculas de ozono en la estratósfera, como producto de la reacción entre los NOx, los COV y los hidrocarburos (HC) en presencia de radiación solar.
Efectos de los contaminantes sobre los ecosistemas
Si bien los impactos de estos contaminantes en nuestro ecosistema son variados, a continuación detallaremos algunos de ellos:
Lluvia Ácida
Si bien la lluvia natural tiene siempre un grado de acidez, cuando esta tiene un pH menor a 5,6 se denomina como Lluvia Ácida y tiene efectos perjudiciales.
En términos amplios, la lluvia ácida se refiere a cualquier forma de precipitación, como lluvia, nieve o niebla. Incluso abarca precipitaciones secas, como polvo y humo, que se produce debido a las combustiones de carbón y derivados del petróleo, que generan dióxidos de azufre (SO2 ) y óxidos de nitrógeno (NOx).
Estos componentes reaccionan con la humedad de la atmósfera y se convierten en ácido sulfúrico (H2SO4 ) y ácido nítrico (HNO3 ), respectivamente.
Estos compuestos químicos dan el carácter ácido a la precipitación, la que cae sobre el suelo y las plantas produciendo efectos nocivos.
De forma concreta, cuando la lluvia ácida entra en contacto con el suelo, disuelve elementos minerales básicos como potasio, magnesio y calcio, acidifica los terrenos y permite la infiltración de metales tóxicos que pueden llegar a aguas subterráneas, lagos y ríos.
También causa daño directo en las hojas de los vegetales, provocando pequeñas lesiones que alteran la acción fotosintética. Con ello, las plantas pierden la capacidad de alimentarse y de seguir viviendo.
Destrucción de la Capa de Ozono
La Capa de Ozono cubre y protege nuestro planeta de la radiación ultravioleta proveniente del Sol.
Si bien este gas se produce y destruye naturalmente, existen agentes de destrucción del ozono que han sido creados por el hombre. Uno de ellos son los clorofluorocarbonos (CFC), que se usan en aerosoles y en tecnologías de refrigeración y aceleran el proceso de descomposición del ozono.
Sin este efecto filtrante de la capa de ozono, aumenta la radiación ultravioleta que llega a nivel del suelo.
En los seres humanos, la exposición a UV-B aumenta los riesgos de cáncer de piel, de cataratas, avejenta la piel y debilita el sistema inmunológico. También puede disminuir el crecimiento de plantas y afectar a organismos unicelulares y sistemas acuáticos.
Smog fotoquímico
El smog fotoquímico es un fenómeno producido por la formación de ozono en las capas bajas de la atmósfera (lo que no es normal); este ozono se denomina ozono troposférico y es un contaminante secundario.
Se forma a partir de una reacción con luz solar en presencia de NOx y compuestos orgánicos volátiles. Esta reacción es más frecuente en verano, ya que la luz del sol es el motor de la reacción fotoquímica.
Este tipo de smog se desarrolla en casi todas las grandes ciudades del mundo (aquellas con mucho tráfico y poco movimiento de las masas de aire).
La producción de smog fotoquímico oscurece la atmósfera y deja un aire teñido de color marrón, que es dañino para la salud de las personas y del medio ambiente.
Además, de ensuciar el aire, causa daños sobre zonas forestales y agrícolas cercanas a las ciudades.