Contaminación del aire por leña y pellets en Chile

La postal invernal de una chimenea humeante en el sur de Chile esconde una cruda realidad: la quema de leña y pellets para calefacción doméstica se ha convertido en una grave crisis de salud pública. 

Si bien es una tradición arraigada, la evidencia científica es contundente, ya que la combustión de biomasa genera altos niveles de material particulado fino (MP2.5). Éste es un contaminante atmosférico que penetra profundamente en los pulmones y el sistema circulatorio, causando graves enfermedades respiratorias, cardiovasculares e incluso cáncer.

Normativa permisiva versus recomendaciones de la OMS

Chile cuenta con normativas que regulan las emisiones de contaminantes, pero un punto crítico es que estas toleran rangos de concentración de MP2.5, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera inaceptables. 

Mientras la OMS recomienda un promedio anual de 5 µg/m³ (microgramos por metro cúbico) para el MP2.5, las normas chilenas son mucho más laxas, exponiendo a la población a riesgos significativos para su salud. Esta discrepancia entre la legislación nacional y los estándares internacionales ha generado un debate sobre la necesidad de actualizar y endurecer las regulaciones para proteger la salud de las personas.

El impacto en la salud y el medio ambiente

Los efectos de la contaminación por leña se traducen en miles de muertes prematuras al año, según cifras oficiales. 

Según Álvaro Castañón, Ingeniero Industrial y maestro en Ciencias de la Ingeniería Ambiental, en Chile las muertes prematuras al año por esta contaminación del aire representan más que la suma de los muertos por accidentes de tránsito, y los muertos por homicidios.

A lo anterior hay que agregar que el 96% del origen de esta contaminación, se explica sólo con la quema de biomasa en sistemas para calefacción a nivel de hogares urbanos.

La quema de biomasa también contribuye a la crisis climática, ya que libera gases de efecto invernadero y carbono negro, un potente contaminante climático de corta duración.

Predicción atmosférica: una herramienta clave para la prevención

En este contexto, los modelos de predicción atmosférica y de calidad del aire se presentan como herramientas fundamentales para la gestión y mitigación de la contaminación. Estos modelos, basados en datos meteorológicos, geográficos y de emisiones, permiten varias acciones.

Pronosticar los niveles de contaminación: anticipando episodios críticos de alta concentración de MP2.5, lo que posibilita la implementación de medidas preventivas como alertas sanitarias, restricciones al uso de calefacción a leña o la activación de planes de descontaminación.

Evaluar el impacto de diferentes escenarios: simulando el efecto de diversas medidas de mitigación, como el recambio de estufas, la mejora del aislamiento térmico de las viviendas o la promoción de energías limpias.

Optimizar la toma de decisiones: proporcionando información científica y objetiva a las autoridades y a la ciudadanía para la implementación de políticas públicas más efectivas.

Hacia un futuro más limpio

La contaminación por leña y pellets es un problema complejo que requiere soluciones integrales. Es fundamental avanzar hacia una normativa más exigente, en línea con las recomendaciones de la OMS, y promover el uso de alternativas de calefacción más limpias y eficientes, como la electrificación, el gas natural o la energía solar. 

La inversión en modelos de predicción atmosférica y la difusión de información a la comunidad son cruciales para enfrentar este desafío y construir un futuro donde el aire que respiramos no nos enferme.