La contaminación del aire se refiere a los contaminantes en el aire que pueden implicar un riesgo, daño o molestia de diferente gravedad para los seres vivos.Tiene efectos graves sobre la salud de la población. Se estima que es responsable de cerca de un tercio de las muertes por accidentes cerebrovasculares, de los cáncer de pulmón y de distintas cardiopatías.
En 1993 un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de EE.UU. (NIEHS) publicó el «Estudio de Seis Ciudades«, que permitió establecer una relación entre el material particulado y la mortalidad.
Este trabajo surgió a raíz de la crisis energética de la década de 1970, cuando la reducción en el suministro de petróleo llevó a un mayor uso de carbón de baja calidad, con sus consiguientes efectos nocivos para la salud.
El estudio tenía como objetivo determinar cómo las partículas afectan la salud humana, qué tipos eran más dañinos y si había impactos, incluso a niveles de exposición bajos a moderados.
La conclusión que se encontró fue que las personas que vivían en la ciudad más contaminada (Steubenville) tenían un 26 % más de probabilidades de morir que las que vivían en la ciudad menos contaminada (Portage).
Efectos según el tipo de contaminante
Para este artículo nos vamos a referir a los efectos de la polución atmosférica siguiendo la clasificación de contaminantes expuesta en nuestro artículo «Principales Contaminantes de la Atmósfera», publicado en la sección News de enviromodeling.cl.
Material Particulado (MP)
El MP está compuesto de sustancias químicas como sulfatos, nitratos o polvos minerales. Y es generado por las emisiones industriales, las de vehículos, el humo de cigarro, incendios forestales y quema de pastizales, entre otros.
El MP tienen subcategorías: El MP10 y el MP2.5 son los más importantes.
El MP2.5 se conoce como Material Particulado Fino Respirable y es 30 veces más delgado que un cabello humano. Estos se pueden inhalar profundamente hacia los pulmones y contribuyen a generar problemas de salud graves.
Según diversos estudios científicos, la exposición a estas partículas produce una gran variedad de problemas:
1. Muerte prematura en personas con enfermedades cardíacas o pulmonares.
2. Infartos de miocardio no mortales.
3. Latidos irregulares.
4. Asma agravada.
5. Función pulmonar reducida.
6. Síntomas respiratorios aumentados, como irritación en las vías respiratorias, tos o dificultad para respirar.
Monóxido de carbono (CO)
EL CO se puede producir fácilmente dentro de los hogares. Por ejemplo, por el humo del tabaco, calefones a gas mal ventilados (principal causa de intoxicación letal por CO en Chile), estufas y chimeneas a leña y motores a gasolina, entre varios otros.
Sus efectos tóxicos y mortales se deben a la hipoxia que se produce cuando el CO desplaza al O2 de la hemoglobina y también del sistema citocromo A mitocondrial.
Dependiendo del grado de exposición al CO, este puede producir desde cefaleas e irritabilidad hasta un compromiso progresivo de la conciencia o incluso la muerte por hipoxia.
Óxidos de nitrógeno (NOx)
Estos gases son producidos cuando se queman maderas y combustibles fósiles, como la gasolina, el carbón y el gas natural.
En términos generales, son responsables de problemas respiratorios, enfermedades en pulmones y bronquios, mayor susceptibilidad a las infecciones, daño celular, irritación ocular y pérdida de las mucosas.
El instituto NIEHS identificó vínculos entre la exposición al NOx a corto plazo en mujeres posmenopáusicas y un mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral hemorrágico.
Óxidos de azufre (SOx)
Éstos se producen por combustibles fósiles, principalmente derivados del petróleo y carbón.
La exposición de altas concentraciones durante breves lapsos de tiempo puede irritar el tracto respiratorio, causar bronquitis, reacciones asmáticas, espasmos reflejos, parada respiratoria y congestionar los conductos bronquiales de los asmáticos.
Compuestos Orgánicos Volátiles (COV)
Son todos aquellos hidrocarburos que se presentan en estado gaseoso a la temperatura ambiente normal o que son muy volátiles a dicha temperatura.
Los compuestos orgánicos volátiles están presentes en disolventes de pintura y de laca, repelentes de polillas, materiales empleados en maderas, sustancias en aerosol, disolventes de grasa y productos de uso automotor, entre otros.
Los COV ocasionan daños directos sobre la salud, principalmente por vía respiratoria, aunque también pueden entrar a través de la piel. Además, estos compuestos son liposolubles por lo que se bioacumulan en las grasas de los organismos vivos.
En la práctica pueden producir problemas respiratorios, irritación de ojos y garganta o mareos, etc. También ocasionan irritabilidad y dificultades de concentración. Además, a largo plazo pueden causar daños renales, al hígado o al sistema nervioso central. Incluso, algunos COV tienen efecto cancerígeno, como el benceno.
Plomo (Pb)
El plomo puede afectar la salud humana debido a la inhalación de partículas de Pb generadas por la combustión de materiales que lo contienen. Por ejemplo, durante actividades de fundición, reciclaje o decapado de pintura con plomo.
También puede ser ingerido a través de polvo, agua o alimentos contaminados con plomo. Por ejemplo, agua canalizada a través de tuberías de plomo o alimentos envasados en recipientes con esmalte de plomo o soldados con este metal.
Cuando los niveles de plomo en la sangre son altos, puede ocasionar problemas hematológicos, daño al sistema nervioso central, disturbios gastrointestinales y problemas a los riñones.
Los niños pequeños son particularmente vulnerables a la intoxicación por plomo porque, según la fuente de contaminación de que se trate, llegan a absorber una cantidad de plomo entre cuatro y cinco veces mayor que los adultos, lo que puede perjudicar su desarrollo mental.
Cómo prevenir los efectos nocivos de la contaminación
A nivel de comunidad hay muchas acciones que nos pueden permitir una vida más saludable. A continuación mencionaremos algunas medidas que evitan la contaminación del aire:
– Usar el transporte público, andar en bicicleta y caminar.
– Mantener los vehículos en buen estado.
– Usar preferentemente motores eléctricos o híbridos.
– Uso de pinturas a base de agua o sin disolventes.
– Sellar correctamente los recipientes de productos de limpieza para el hogar, productos químicos y disolventes.
A nivel de Estados y empresas:
– Reducción de emisiones de las centrales eléctricas y los estándares nacionales de emisiones de vehículos más estrictos.
– Fomentar programas de conservación de energía de las empresas y servicios públicos.
– Monitoreo constante de la calidad del aire.